viernes, 11 de abril de 2014

¡¡AVISO!!

Holaa Mis Queridos Lectores ¿como estan?, Espero Que esten muy bien. Disculpas Bueno Parr EMPEZAR les Pido porcion no Publicado Haber ya CASI COMO UN mes o Más, No Sé exactamente, Pero EL Estado muy Ocupada en la Escuela, Que ni Tiempo me ha friso de Respirar.
This entrada ¿¿¿va Parr avisarles Que ya no voy a PUBLICAR Más Capítulos de La Chica de Hielo , ya Que No lo recibido comentarios ni nada Que me MOTIVO ONU Seguir Publicando ASI Que Parr Las Personas Que Si les Sigue interesando leer la novela, voy Estar un Porción Publicando Wattpad El los Capítulos, empezaré desde El Primero y de Aquí ya COMO VAMOS en el quinto Pues Esten al Pendiente, Cada Publicare viernes Capítulo nuevo un. LUEGO les paso mi Cuenta o Tal Vez en la Barra de la Derecha pondre la imagen de la novela Que los envie a Wattpad .
Pues ESE era el aviso. Mas del Adelante Dare mi opinión about La Pelicula De Divergente De Que Ya está en cines.

Cuidense Mucho les mando Una beso Enorme. Nos Seguimos LUEGO leyendo bye: *


Les dejo el Trailer de The Maze Runner, no puedo esperar *-*

jueves, 20 de febrero de 2014

Trailers: Divergent & The Fault In Our Star

Holaa mis queridos lectores, ¿como están?, yo espero que estén de lo mejor, y bueno, se que he estado algo inactiva, pero aquí estoy ya para traerles estos nuevos trailers, bueno... ni tan nuevos, pero el tiempo y la escuela es el que no me ha dejado compartirles.
Les dejo los vídeos y probablemente mañana suba una reseña, porque he leído bastantes libros últimamente, unos que me gustaron más y unos que me gustaron menos y quisiera compartirles mi opinión.
Por cierto, necesito saber si les está gustando o no mi novela, para así subir más capítulos, si es nada más una persona o dos las que les gusta podría simplemente enviarles el capítulo por correo, pero si son más, seguiré publicándolos, me interesa mucho su opinión y les agradecería bastante que me la dieran :)

TRAILER FINAL DE DIVERGENTE:





PRIMER TRAILER DE BAJO LA MISMA ESTRELLA:






sábado, 15 de febrero de 2014

"La Chica de Hielo" Capítulo 5

Holaa mis queridos lectores, bueno, sé que me tardé en subir este quinto capítulo hoy, pero tuve un compromiso y no puede subirlo en la mañana, pero más vale tarde que nunca, así que les dejo el quinto capítulo de "La Chica de Hielo", y por favor, me interesaría mucho saber si les está gustando, déjenme sus opiniones en lo comentarios, se los agradecería muchísimo.
Nos seguimos leyendo luego, besos :*

CAPÍTULO 5

Mientras íbamos recorriendo el camino hacia la nueva vida dejando todo a nuestro paso, yo escuchaba música en mis audífonos, escuchando In my pace de Colplay.
Estaba pensando en cómo sería el nuevo apartamento, me pregunto si conoceré a gente nueva, bueno, eso es seguro pero a mí siempre me ha gustado estar sola así que, no necesito amigos. Sería ir a otro lugar en el que me apodarían como la “rara” otra vez o a lo mejor son más creativos y me ponen algún otro nombre extraño y diferente.
Bri va con una sonrisa en los labios que indica que está muy emocionada, no hace falta que lo diga, solo con ver sus ojos te das cuenta y claro, su sonrisa.
Estoy cansada de estar sentada, quiero pararme, pero quien sabe cuánto falta para que lleguemos, veo por el espejo lateral del auto, el camión de la mudanza seguirnos, cuando me da hambre, agarro una hamburguesa de las que Bri trajo.
Cuando ya estoy harta de seguir sentada y ver que todavía no llegamos, me quito el audífono de un oído y le pregunto a mi hermana:
   ¿Cuánto falta para que lleguemos?—cuando lo digo, se nota mi desesperación en la voz.
   Tranquila Aly, falta poco
   Eso dijiste hace diez kilómetros
   Duérmete un rato si quieres, así se te hará más corto el viaje—dice muy tranquila.
Esa frase, me suena conocida, ah ya recuerdo, la decía mamá cuando íbamos de paseo a algún lugar que implicara viajar en carretera y nos desesperábamos. Poco a poco, casi sin darme cuenta voy esbozando una sonrisa, porque recuerdo como mi hermana era pequeña y lloraba por cualquier cosa.
Sigo el consejo de Bri y trato de dormir, pero con el carro en movimiento es muy difícil, así que pongo música clásica en mi iPod, y después de un rato me quedo dormida. 

   Aly, Alyssa ya despierta—escucho la voz de Bri. Abro los ojos poco a poco— ya llegamos—anuncia sonriente.
Enderezo mi espalda y me acomodo bien en el asiento, después fijo mi vista en los edificios que nos rodean.
   Estamos solo a unas calles de nuestro apartamento—dice Bri que está intentando reprimir una sonrisa, pero no lo consigue.
   Estás muy contenta ¿no es así?—pregunto sonriendo.
   No te imaginas cuanto Aly, siempre quise mudarme, y aparte tengo el trabajo de mis sueños, no puedo pedir más.
   Es genial que estés viviendo lo que siempre habías soñado.
   Demasiado—dice sonriendo.
   Lo único que te falta, es un novio—cuando lo digo, mi hermana se pone seria— ¿qué pasa?, ¿dije algo malo?
   No, nada, es solo que, no lo había pensado—dice y luego ríe— hace mucho que no tengo uno ¿verdad?
   Si un poco, ya sabes, para ser… Bri
   ¿Cómo que “para ser Bri”?
   Es que, tú debes ser la persona que más novios ha tenido en su vida para solamente tener veintiuno—suelta una carcajada.
   No estarás hablando en serio ¿o sí?—pregunta riendo. Asiento lentamente con la cabeza sonriendo— ¿y tú qué me dices eh?, ¿no crees que ya es hora de tengas novio?—suelto una risita.
   No lo sé, supongo que no le llamo la atención a nadie y nadie me la llama a mí.
   Pues estamos en otro lugar ya, asistirás a una nueva escuela, conocerás gente nueva y pues quizás te interese algún chico.
   No lo creo—digo seria.
   Vaya Aly, eso sí que es ser positiva, la gente debería aprender eso de ti—suelta una risita.
   Ja- ja que graciosa.
   Vamos Aly, un día sin que te des cuenta, terminarás enamorada.
   Un día muy lejano—digo arrastrando las palabras. Sonríe y en seguida da la vuelta en una calle para luego decir:
   Aquí es—se le ilumina el rostro.
Es un edificio blanco, parece que vive más gente en los otros apartamentos, mi hermana se estaciona en frente del edificio. Abre la puerta, sale del auto y yo también.
Se respira un aire diferente, más urbano. El camión de la mudanza se estaciona después de unos minutos y los trabajadores empiezan a descargar las cosas.
Mi hermana me da unas llaves y me dice:
   ¿Puedes ir a abrir por favor?
   No sé donde es—digo tomando las llaves.
   Es el apartamento 6-C, en el tercer piso, en un rato subimos hasta que terminen de bajar las cosas.
   Está bien—digo encogiéndome de hombros. Mi hermana hace un gesto agradecida y yo me dirijo al edificio.
Intento abrir la puerta principal del edificio con una llave y luego con otra hasta que hallo la correcta. Cuando la abro no hay nadie en el pasillo, huele a café rancio. Arrugo la nariz y me dirijo al elevador. Presiono el botón que dice 3 y empieza a ascender.
Suena un tintineo que significa que ya ha llegado. Las puertas del elevador se abren y en cuanto salgo choco con alguien, me pisa un pie y nuestras frentes chocan.
   ¡Ay!—exclamo de dolor.
   ¡Fíjate por donde caminas!— dice en tono de reproche alguien con voz aguda.
Abro los ojos y veo a una chica de mi altura más o menos, pelo rubio que está recogido en una trenza francesa y ojos verdes. Está enojada, lo sé por su cara, tiene la mano en la frente y la está frotando.
   ¡Tú fuiste la que me piso!—le reclamo y después pienso que eso sonó infantil e inmaduro. Sacudo la cabeza y digo más tranquila: — lo siento fue un accidente.
A ella también se la suaviza la expresión en su rostro y me dice:
   Yo lo siento, fue mi error, debí fijarme antes de intentar entrar—sonríe y me ofrece una mano— soy Leila, Leila Lewis
   Alyssa Kader—digo estrechando mi mano con la suya— un placer, creo— lo digo en voz tan baja que no me escucha.
   ¿Eres nueva?—pregunta curiosa— nunca te había visto por aquí antes—asiento con la cabeza y luego respondo:
   Si, acabamos de llegar, iba en camino al departamento…
   ¿Cuál es?—pregunta interrumpiéndome.
   Es el…6-C, creo.
   Oh está ahí—dice señalando hacia el fondo del pasillo.
   Gracias—le muestra una pequeña sonrisa.
   No es nada—dice entrando al elevador— nos vemos luego— se despide con la mano y me muestra una gran sonrisa que hace que se vean sus dientes perfectamente alineados. 
Y entonces las puertas del ascensor se cierran.
Parece una chica de buena familia, tal vez vive en uno de los pisos de arriba, que son donde habitan las familias con dinero. Me encamino al apartamento y voy buscando las llaves en mi pantalón. Cuando llego a la puerta intento con dos llaves y la tercera es la que la abre.
Todas las paredes están pintadas de blanco, vaya, es muy espacioso. Está una sala vacía y al lado de ella hay un pasillo que supongo que se encuentran las habitaciones. Al otro lado está lo que creo que va a hacer la cocina porque está separada con una puerta aparte, luego está el baño que tiene una gran tina lujosa. Es bonito este apartamento, es elegante.
Escucho un estruendo afuera, me volteo para ver que ha sido y veo a Bri dando instrucciones a los hombres que van cargando un sillón.
   ¡Déjenlo aquí!—grita mi hermana y los hombres lo dejan en el suelo.
En seguida otros dos hombres entran cargando un sillón más pequeño y lo dejan junto al otro. Luego otros dos, meten el sillón individual y lo dejan con los otros dos.
   Bien ahora vayan por las camas y los roperos—en cuanto lo dice, los hombres salen de la habitación y luego se voltea hacia mí— ¿y bien?, ¿qué te parece?
   Es muy sofisticado—digo asintiendo.
   ¿Quieres elegir tu habitación o te da igual?
   Me da igual—respondo sonriendo.
   Bien, entonces me quedo con la que tiene la ventana que da a la calle—sonríe.
   No tengo inconveniente, pero, ¿también está pintada de blanco?—pregunto curiosa. Mi hermana asiente y yo volteo los ojos.
   Tranquila, mañana podemos ir a comprar pintura, brochas y todas esas cosas para pintarlo todo. Me gustaría un tono como trigo soleado o algo así y mi habitación de un color beige ¿y tú?
   Mmm… quizás un azul celeste.
   Perfecto, mañana es domingo así que podríamos pintar en la mañana e ir de compras en la tarde ¿te parece?
   ¿Compras?, a mí no me gusta ir de compras.
   Vamos Aly, casi toda tu ropa a la donaste a la casa hogar y te quedaste como con cuatro pantalones.
    Claro que no, fueron cinco.
   Pues los que sean, esto no es de que quieras o no, es necesario—dice seria. Suelto un bufido.
   De acuerdo, por cierto, ¿ya has visto lo de la escuela?
   Vamos llegando apenas Aly, cuando dejen todas las cosas lista me encargaré.
   Bueno está bien.
   Pero mientras vamos por las cajas y las maletas al auto.
Cuando nos dirigimos a la puerta para salir entran los hombres cargando una cama, es la de Bri.
   Oh esa es mía déjenla por aquí—los guía al pasillo que está al lado de la sala y oigo como dejan caer la cama.
Después de unos minutos entran otros hombres cargando la mía.
   ¿Dónde la dejamos señorita?—me pregunta un señor de mediana edad con voz muy profunda.
   Ah, por aquí—me dirijo al pequeño pasillo, y abro la puerta de la habitación, sé que es la mía por que en la de en frente está Bri.
Es la primera vez que entro, pero me quedo sorprendida porque está más grande que mi anterior habitación. Los trabajadores dejan la cama en la esquina de la pared y se retiran. Yo estoy pasmada, ¿para qué ocupo tanto espacio?, entra Bri con una sonrisa.
   ¿Qué opinas de tu nueva habitación?—pregunta con una gran sonrisa en los labios.
   Es demasiado espacio ¿no crees?
   Pues si pero ¿qué tiene?
   Bueno… es que no estoy acostumbrada a tener un espacio demasiado grande para mí sola.
   Te acostumbrarás—dice en tono despreocupado— ahora vamos a bajar las cosas del auto.
Vamos hacia el ascenso y recuerdo a la chica con la que choqué, ¿cómo se llamaba?, ¡ah sí! Leila. Cuando entramos en el ascensor mi hermana presiona el botón para bajara a la planta baja.
   Conocí a alguien hace rato—digo sin más.
   ¿Ah sí?—pregunta mi hermana extrañada— ¿a quién?
   A una chica llamada Leila, choqué con ella cuando salí del ascensor.
   Genial—ríe— y, ¿en qué apartamento vive?
   Ni idea, no le pregunté.
   Qué bueno que hayas hecho una nueva amiga
   Yo no la consideraría como una amiga ¿sabes?—suelta un suspiro.
   Alyssa, tienes quince años, necesitas amigos, a mamá y a papá le preocupaba mucho eso de que fueras antisocial.
   Yo no lo llamaría así.
   ¿Entonces como lo llamarías?
   Lo llamaría… “Alergia a la estupidez humana”
   No seas ridícula, los amigos son personas que te apoyan.
Las puertas del ascensor se abren y salimos para ir al auto, bajamos las cajas que y maletas que hay y vamos de nuevo hacia el edificio.
Para mí es sencillo caminar con mis dos maletas y una caja pequeña, pero Bri trae tres maletas y una caja grandota. Va demasiado lento y entonces baja la caja.
   Vamos Bri, subamos esto rápido.
   Adelántate—contesta jadeando— yo subo en seguida.
   ¿Quieres que te ayude?
   No hace falta, solo pararé por un instante.
   Como quieras—digo en voz baja y me encojo de hombros.
Llamo al ascensor y presiono el botón para que me lleve a la tercera planta. No sé cómo pasa pero la caja que traía se me cae y todas mis cosas se riegan en el suelo.
   ¡Demonios!—exclamo en voz alta.
Me pongo a meter las cosas nuevamente en la caja y la levanto poniéndola en mis brazos en una posición que creo que no se caerá, lo malo es que me tapa la vista. Se abren las puertas del ascensor e intento salir porque la caja no me deja ver. De repente mi pie se enreda con la correa de la maleta que la llevo arrastrando y tropiezo pero choco contra algo, o más bien alguien- otra vez- la caja sale volando, suelto un grito demasiado agudo para mi gusto y ese alguien y yo caemos al suelo, pero el impacto no es muy fuerte ya que caí encima de la persona.
Grita una exclamación de dolor ese alguien. Abro los ojos y lo veo bien, es un chico, tiene los ojos cerrados con fuerza y tiene una mueca de dolor en su rostro.
Cuando abre los ojos… vaya tiene unos ojos color miel hermosos, me quedo viendo sus ojos hipnotizada y él se queda viendo los míos. Estamos cara a cara tirados en suelo.
Cuando vuelvo a la realidad, me doy cuenta de lo cerca que me encuentro de su rostro y me sonrojo de pena.
   L-lo siento, no fue mi intención—me levanto como puedo.
   No te preocupes—dice con una voz extremadamente varonil. Se levanta él también.
Es alto y fornido, se ve de mi edad, quizá sea un poco más grande, tiene pelo lacio de color negro, trae unos jeans de mezclilla desgarrados de la rodilla y lleva puesta una camisa blanca bajo una chaqueta de cuero negro. Es bastante atractivo.
   ¿Estás bien?—pregunto apenada.
   Estoy perfectamente—me muestra una sonrisa de lado— ¿tú estás bien?
   Si, lo estoy, bueno caí encima de ti—respondo en voz baja. Empieza a reír.
   Tranquila, no me pasó nada—sonríe— ¿cómo te llamas?
   Alyssa Kader
   Es un lindo nombre—dice sonriendo y me sonrojo— un placer, me llamo Johan Lewis— me ofrece un mano y la estrecho. Sus manos son fuertes.

¿Lewis?, ¿Qué no así se apellidaba Leila?, ¿serán hermanos?, tienen cierto parecido.

   Bueno yo tengo que, recoger esto—digo agachándome para devolver las cosas a la caja.
   Te ayudo—dice agachándose junto a mí.
   No es necesario que me…
   Yo quiero ayudarte—dice interrumpiéndome. Empiezo a meter todas las cosas que se han caído.
Cuando terminamos levanto la caja y el agarra mis dos maletas.   ¿A dónde las llevas?
   Tranquilo yo puedo llevarlas.
   Déjame ayudarte—dice en tono insistente. Suelto un suspiro.
   Es por aquí—lo conduzco por el pasillo hasta llegar a la entrada del apartamento.
Giro la perilla para abrir la puerta y dejo la caja una mesa que han dejado.
   ¿Se mudaron eh?
   Si así es.
   Ya veo—me muestra una sonrisa de lado e instantáneamente cuando lo hace esbozo una sonrisa.
Entonces mi hermana llega cargando las cosas y cuando entra deja caer las maletas.
   Eso fue una tortura total—dice dejando la caja en la mesa, entonces se percata de la presencia de Johan y frunce el ceño— disculpa pero… ¿quién eres?
   Oh lo siento, me llamo Johan Lewis, un placer—le ofrece la mano y mi hermana la estrecha con elegancia, bueno, es Bri, ¿en qué momento no es elegante?
   Yo me llamo Briana Kader, hermana de Alyssa, ¿cómo se conocieron?—pregunta mi hermana en tono curioso. Johan ríe.
   Bueno ella se cayó al salir del ascensor y pues, cayó sobre mí—en el momento en que termina de decirlo mi hermana suelta una carcajada.
   Cállate Bri—digo incómoda.
   Lo siento—dice parando de reír.
   Bueno yo me tengo que ir—avisa Johan en voz clara y firme— fue un placer conocerlas—entonces me mira— nos veremos luego—esboza una sonrisa y sale de la habitación.
Cuando sale mi hermana cierra la puerta y me echa una mirada alzando una ceja.
   ¿Caíste sobre él eh?
   Oh cállate, fue vergonzoso.
   ¿Pero te gustó?
   Te estoy diciendo que fue…
   No la caída, el chico.
   ¡No!— en cuanto lo dice siento que me sonrojo.
   Pues tu a él sí.
   No seas ridícula, no le gusto.
   ¿Viste a caso la mirada que te hizo?, eso solo lo hace un hombre cuando le gustas.
   Basta Bri, lo acabo de conocer, es obvio que no es así, solo fue amable.
   Amable claro—suelta una risita.
   Estoy cansada, me voy a dormir—digo frustrada.
   Buenas noches, sueña con Johan—dice burlona y me lanza besitos mientras camino a la habitación.
Cierro la puerta detrás de mí y cuando veo la habitación, noto que ya está mi ropero, mi escritorio y mi mesita de noche. Mañana lo arreglo todo, busco en la maleta mi pijama y me la pongo rápidamente.
Pongo las sábanas y cobijas en la cama y me acomodo para dormir. Como ha sido un día muy agitado y cansado no me cuesta mucho en quedarme completamente dormida. Estoy parada en medio del salón de cristal, llevo puesto el vestido de la otra vez. No sé porque, pero hace más frío. Me estremezco y entonces alguien me toca el hombro y doy la vuelta rápidamente. Es aquel chico que ya es costumbre verlo en mis sueños.
   Alyssadice muy serio, aún no le puedo ver la cara completamente, solo alcanzo a ver sus ojos verdes.
   Hola—respondo con la misma seriedad— ¿qué quieres?
   Quiero pedirte un favor—está muy serio.
   ¿Qué favor?—pregunto curiosa.
   No queda mucho tiempo, pero escúchame muy bien—me toma por los hombros— por lo que más quieras, no le digas a nadie lo que eres.
   ¿Lo que soy?, ¿a qué te refieres?—pregunto asustada.
   Estás en peligro y ahora que te has mudado será más fácil que te encuentren.
   Qué me encuentren… ¿quién?—pregunto alarmada sin poder disimular el miedo en mi voz.
   Te están buscando Alyssa. 

viernes, 7 de febrero de 2014

"La Chica de Hielo" Capítulo 4

Holaa mis queridos lectores, pues el día de hoy les vengo a dejar el cuarto capítulo de mi novela, quizá mañana suba también el capítulo 5 pero no es seguro. Pues espero que les guste y les pido de favor que me dejen comentarios con sus opiniones, se los agradecería mucho gracias por leer ;)


CAPÍTULO 4

De regreso a casa solamente me quedo pensando en cómo esa niña me dijo que mi alma era fría, ¿a qué se refería?, no logro comprenderlo y la verdad prefiero hacer a un lado ese tema. Cuando llegamos a la casa, subo rápidamente las escaleras y oigo como mi hermana grita:
   ¡Alyssa! ¿estás bien?—no le respondo, me limito a seguir subiendo las escaleras.

En el momento en el que pongo un pie en mi alcoba, azoto la puerta y me dejo caer en la cama. ¿Por qué están pasando estas cosas tan extrañas?, en serio, ¿qué me está pasando?, no tengo idea de por qué me siento así, pero estoy enojada, muy enojada.
 Quiero romper algo, estoy muy frustrada de tantas preguntas que me agobian y no obtengo respuesta.
Tengo que decirle a mi hermana, quizá ella me pueda ayudar… pero, ¿qué le diría?, “Oye Bri, tengo que contarte que no sé como rayos pasa pero puedo congelar cosas y tengo un alma fría”, eso sería ridículo, no puedo decirle, no puedo, me internaría en un manicomio.
Supongo que voy a tener que esperar, tal vez esto sea parte de la adolescencia, si debe ser algo de hormonas o algo así, « ¿pero qué piensas Alyssa?, cómo si todos los adolescentes de quince años fueran así », me digo a mí misma.
Me hago un ovillo en la cama y cierro los ojos tratando de dormir, después de un rato lo consigo.

Estoy sentada en una esquina de aquel salón de cristal, me siento distinta, me siento como... más ligera. Miro mi reflejo en una pared y abro los ojos como platos sorprendida, llevo puesto un vestido blanco de seda fino muy bello, mi cabello me cae por los hombros de una manera muy atractiva y mis ojos se ven radiantes, estoy…, me veo…

   Muy hermosa—responde alguien detrás de mí, doy la vuelta rápidamente.
Es él, es el chico que ha estado en cada uno de mis sueños, sigo sin poder verle la cara, ¿quién será?
   ¿Otra vez tú?—respondo cortante. Suelta una risita y se acerca a mí lentamente.
   Tienes un carácter muy pesado ¿lo sabías?—dice con una sonrisita en sus labios. Me encojo de hombros.
   ¿Quién se supone que eres?—pregunto con algo de frustración en mi voz.
   Y… ¿quién se supone que eres tú?
   Yo hice la pregunta primero, aparte tu sabes mi nombre, no sé por qué preguntas—niega con la cabeza.
   No puedes saber—dice serio.
   ¿Por qué no?—pregunto enojada— tengo que saber tu nombre si te vas a aparecer en mis sueños cada vez que duermo—se rie.
   No lo entiendes…
   ¡No, ya basta ¿sí?, estoy harta de que te aparezcas en mis sueños a cada rato e intentes matarme…!
   ¡No intento matarte!—grita interrumpiéndome.
   ¡Claro que sí!
   ¡No es verdad, tú eres la que me agrede cada vez que quiero decirte algo… y es obvio que me tengo que defender!—dice frustrado.
Pienso en la primera vez que apareció y como yo lo ataqué primero cuando intentó acercarse a mí.
   Pues… me hubieras dicho antes ¿sabes?—rueda los ojos, parece enojado.
   Eres irritante—dice en voz baja y muy serena.
   Y, ¿qué era lo que intentabas decirme?—pregunto por fin.
   Todo a su tiempo Alyssa, todo a su tiempo
 
Abro los ojos. Los rayos de luz de la mañana entran por una pequeña rendija de mi ventana. 
Escucho voces y pisadas en la planta baja. La mudanza debe haber llegado por nuestras cosas. Sigo llevando la ropa de ayer ya que dormí con ella. Bajo las escaleras y veo como mi hermana está dando indicaciones a los trabajadores que cargan los muebles. Me acerco a ella con pasos rápidos.
   ¡Con cuidado con esa lámpara!—grita y hace una mueca, cuando me ve se pone seria— hola Aly
   Hola— digo igual de seria.
   ¿Quieres desayunar?
   No tengo hambre gracias—respondo y esbozo una sonrisa.
   ¿Estás mejor?—pregunta seria. Levanto una ceja— ya sabes, ayer parecías molesta y no sé por qué
   Amm… si yo, estoy mejor
   Ya veo—sonríe y me da un abrazo— puedes contar conmigo para lo que sea ¿sabes?
   Si lo sé—respondo abrazándola— gracias Bri—me suelta y asiente.

Cuando me suelta, me dirijo a las escaleras. Entro a mi cuarto y lo veo con atención, solo está mi cama y el ropero. Mi hermana me había dicho que mañana cuando nos vayamos se van a terminar de llevar el resto de los muebles.Necesito una ducha. Agarro mi toalla, y salgo de mi cuarto para ir al baño. Cierro la puerta detrás de mí y abro el grifo de agua caliente mientras espero, pienso en mi sueño. Ese chico no se cansa de hacerse el interesante, pero qué más da, es solo un sueño, el en realidad no existe, no sé por qué me preocupo tanto.Entro en la regadera y me doy una ducha rápida. Cuando salgo, veo a unos trabajadores salir de mi cuarto cargando mi cama, se me quedan viendo apenados, traigo solamente mi toalla enrollada, lo que deja mis piernas al aire. 
Me pongo roja como un tomate y entro rápidamente al baño de nuevo. ¡Qué vergüenza!

Cuando pasan unos minutos asomo la cabeza por la puerta y veo que no hay nadie. Salgo corriendo del baño hacia mi cuarto y cierro de un portazo. Me doy la vuelta y saco unos jeans del armario, después saco una playera ajustada azul y vuelvo a ponerme los tenis de ayer. Desenredo mi cabello mojado aún mojado y salgo de mi cuarto para bajar y hablar muy seriamente con Bri.

Cuando la veo, me dirijo con paso firme hacia ella, cuando me ve frunce el ceño, le agarro el brazo y la arrastro hacia la cocina.
   ¡Alyssa! ¿cuál es tu problema?—me grita soltándose de mí.
   ¿Cuál es mi problema?, mi problema es que pensé que las camas y todos los muebles de la planta de arriba se los iban a llevar mañana.
   No sabía que querías tanto tu cama—dice y luego se va relajando— lo siento hubo un cambio de planes, no vamos… hoy—me quedo perpleja— se me había olvidado decírtelo, no pongas esa cara
   No es la mudanza lo que me molesta, ¿por qué no me contaste?
   Perdón, se me pasó, ¿por qué estás tan molesta?
   Porque sí me hubieras dicho antes, hubiera podido evitar… un incidente
   ¿Qué pasó?—pregunta alzando una ceja.
   Ammm… bueno yo iba saliendo de bañarme y…—me pongo roja—solo llevaba la toalla puesta…—mi hermana suelta una fuerte carcajada como si supiera ya lo que pasó— ¡no te rías!
   Lo siento—dice tratando de aguantar la risa, sin éxito.
   ¡No es gracioso Bri!
   Si lo es—dice entre una carcajada.
De repente entra un trabajador a la cocina… ¡oh no!, es uno de los que me vio en toalla.Cuando me ve se sonroja y yo me pongo roja de vergüenza.
   Señorita, solo quería decirle que ya están todas las cosas listas—dice nervioso.
   Perfecto, nos vamos en cuanto Aly  empaque sus cosas—mi hermana me echa una mirada—Aly, ve a empacar tu ropa
En cuanto lo dice salgo disparada de la cocina porque no quiero estar con ese tipo ahí. Subo a mi cuarto y cuando entro veo que mi ropa está en el suelo. ¿Se llevaron el ropero y tiraron mi ropa en el suelo?, ¿cuál es su problema?
Voy al cuarto de Bri por una maleta, está vacío y al parecer ella ya hizo su maleta, de hecho, hizo tres maletas. Claro, yo no sabía que nos íbamos hoy, también dejó una maleta para mí al lado de la suya. 
La agarro de mala gana y voy de nuevo a mi cuarto y empiezo a doblar y meter la ropa en la maleta. No tengo tanta ropa y aparte la que ya no quería la llevamos ayer a la casa hogar, donde la niña me dijo…
Niego con la cabeza, debo haber imaginado que lo dijo. 
Cuando estoy doblando prenda por prenda, veo un vestido naranja de tirantes, es muy bonito pero seguramente a Bri le quedaría mucho mejor que a mí. Cuando termino con la ropa, veo que ya no hay espacio en la maleta y aún tengo unas otras cosas que meter.Voy de nuevo al cuarto de Bri para ver si no hay otra maleta, pero ya no hay más.
 Bajo para preguntarle a mi hermana si hay otra maleta desocupada
.   Bri, ¿hay otra maleta que pueda ocupar?
   Emm… creo que sí, fíjate en el cuarto de mis padres, creo que ahí hay dos
   Bien—digo soltando un bufido.
Subo las escaleras y me encamino al cuarto de mis padres. Cuando estoy frente a la puerta me quedo ahí.Hace meses que no entro aquí. Abro la puerta despacio y en ese momento me llega el olor del perfume de mamá, cuando está completamente abierta veo que ya no hay nada excepto el ropero, lo abro y hasta abajo veo una maleta roja, la agarro y salgo del cuarto veloz.
Termino de empacar todos mis zapatos, perfumes y unos cuantos portarretratos.
   ¡Alyssa ya es hora, debemos irnos!—grita mi hermana desde el piso de abajo.
   Bajo en unos minutos—antes de salir me hago una coleta en lo alto de la cabeza.
Agarro el par de maletas y veo mi cuarto desde la puerta por última vez y luego la cierro.Me encuentro con Bri abajo y me ayuda a subir mis maletas al auto. Me quedo unos segundos en la sala. « Esto es el adiós, mamá y papá », salgo de la casa antes de que empiece a llorar y subo al auto.
Mi hermana entra después de un rato con unas hamburguesas. Supongo que son por si nos da hambre en el camino. Cierra la puerta del auto y lo enciende.
Me mira y sonríe.
   ¿Estás lista?—pregunta feliz.
¿A caso estoy lista para esto?, ¿para cambiar de vida?, ¿para dejar los recuerdos?, ¿para… dejar a mamá y a papá?Después de un rato de silencio, me obligo a devolverle la sonrisa y respondo:
   Sí, estoy lista


viernes, 31 de enero de 2014

"La Chica de Hielo" Capítulo 3

Holaa mis queridos lectores, pues aquí les dejo el tercer capítulo de la novela que estoy escribiendo, espero que lo disfruten y porfavor, déjenme comentarios con su opinión, me haría muy feliz saber que opinan gracias c:


CAPÍTULO 3
Dejo caer el vaso haciendo que se rompa, esto es demasiado ¿qué me pasa?
Veo los pequeños pedazos de cristal y hielo en el suelo. Escucho que alguien baja corriendo las escaleras, pero yo me quedo donde estoy sin moverme, mi hermana entra en la cocina alarmada.
   ¿Qué ha pasado? —pregunta mi hermana agitada, dirige la mirada a los cristales y luego me mira— ¿está todo bien?
No le respondo, y por su expresión sé que está preocupada.
   ¿Estás bien Alyssa?—pregunta acercándose, me pone una mano en el hombro y la quita rápidamente— estás demasiado fría, ¿qué pasó?
Me quedo callada, ¿no entiendo?, ¿qué pasa conmigo?, ¿lo habré hecho yo?, o ¿quizá fue el clima?
   ¡Respóndeme!—dice mi hermana mientras me zarandea— ¡Alyssa me asustas!, ¡contesta!—la miro por fin— ¿estás bien?—asiento.
   S-si—respondo en voz baja y débil— estoy bien
   ¿Segura?—dice Bri frunciendo el ceño.
   Si, y-yo recogeré esto—me agacho para recoger un pedazo de cristal cuando mi hermana me toca el hombro.
   Olvídalo, yo lo recojo, tú vete a descansar anda
   No, yo lo hago
   Alyssa, vete a dormir por favor—dice en tono muy firme.
Le hago caso, salgo de la cocina y subo las escaleras para ir de nuevo a mi cuarto. Me recuesto de nuevo en mi cama y suelto un suspiro, esto es muy confuso. No puedo dormir, sigo pensando en el vaso y en mi sueño. Quizá mi hermana tenga razón, quizá mudarnos sea la mejor forma de empezar de nuevo, pienso en que mudarnos solucionaría esto de mis sueños, tal vez tiene algo que ver con que extrañe a mis padres, pero, el vaso, la tostada y la ventana del carro, no lo entiendo.

Abro los ojos, un rayo de luz entra por mi ventana, miro el reloj y son las doce de la tarde, vaya si que dormí bastante. Me acomodo en el borde de la cama y estiro los brazos mientras suelto un gran bostezo, me siento bien, me siento… descansada. Es sábado así que no tengo que ir a la escuela- por suerte-, salgo de la cama, me dirijo a mi puerta y cuando la abro me llega el olor de huevos revueltos, levanto una ceja y bajo las escaleras. Cuando entro en la cocina Bri está sirviendo en dos platos los huevos revueltos, me ve y esboza una ligera sonrisa.

   Buenos días Aly—dice en tono alegre— ¿dormiste bien?
   Si, dormí bien por primera vez en la semana—frunce el ceño y deja los platos en la mesita— vaya Bri, es la primera vez que haces huevos revueltos desde que…—hago una pausa porque sé que es lo que voy a decir, y la verdad, no quiero mencionarlo.
   Sí lo sé—dice mi hermana en un suspiro— es por eso que los hice, aparte, tenemos algo pendiente que discutir
   Así que, ¿hiciste los huevos para sobornarme?—suelto una risita y ella también sonríe—porque si es así, está funcionando—con el tenedor parto un trozo de la clara que parece muy crujiente y me la como, está delicioso.
   Algo así—ríe— pero en serio tenemos que hablar sobre eso—cuando lo dice se pone seria y eso hace que yo también lo haga— necesito que sepas, que esto es una gran oportunidad para mí y si la pierdo…
   Lo entiendo—interrumpo— y por eso quiero que tú sepas que aunque esto es algo difícil para mí, estoy de acuerdo con la mudanza—digo sin más.
A mi hermana se le ilumina el rostro, pero a la vez frunce el ceño extrañada.
   Pero tú ayer parecías como si te estuviera dando la peor noticia del mundo
   Debo admitir que la noticia fue muy, sorpresiva para mí, pero luego analicé las cosas y pues… estoy de acuerdo—veo como, poco a poco se va formando una sonrisa en el rostro de mi hermana.
   ¡Genial!—grita triunfal y se ríe de felicidad— ya verás que va a ser grandioso—me obligo a sonreír.
   Si, lo va a hacer—digo en voz baja, pero Bri no se da cuenta.
   Pues la empresa se encargará de vender la casa, mañana viene la mudanza por nuestras cosas y el lunes nos vamos—dice un tanto entusiasmada.
   ¿Tan rápido?, pensé que eso de las mudanzas tardaban más
   Pero la empresa en la que voy a trabajar quiere que esté allá el miércoles, así que, pues ayer arreglé todo ese asunto y por eso me tardé en llegar
   Oh, ya veo, pero, ¿y la escuela?—pregunto curiosa, creo que algo bueno de la mudanza es ya no ver a mis estúpidos compañeros y al pesado maestro de historia, así que me pongo un poco más alegre.
   ¿No te dije?, ayer arreglé todo, hablé con la directora de tú escuela informando que ya no ibas a asistir más porque nos íbamos a mudar
   Interesante así que… ¿a qué escuela voy ir allá?
   No sé todavía—dice encogiéndose de hombros— voy a investigar que escuelas quedan más cerca del apartamento en el que vamos a vivir.
   ¿Apartamento?
   Si apartamento, una casa sería demasiado grande para dos personas nada más
   Entonces… supongo que debo ir viendo que me llevaré ¿no es así?—mi hermana asiente— ¿será que puedo deshacerme de algunas cosas que ya no ocupo?
   ¡Claro!, podrías llevarlas a alguna casa hogar o algo así
   Excelente, entonces me voy a cambiar—digo y me levanto de la mesa— por cierto, gracias por el desayuno, estuvo delicioso— mi hermana esboza una sonrisa y asiente.
Salgo de la cocina y me dirijo a mi cuarto rápidamente. Abro mi clóset y saco unos jeans de mezclilla ajustados pero muy cómodos, creo que son mis pantalones favoritos, luego saco una playera ajustada también que dice “God, your guys are so stupid”, sé que no es una playera muy bonita pero es cómoda. Cuando ya estoy vestida me pongo unos converse grises y me dirijo al baño para cepillarme los dientes y desenredarme un poco el cabello.
Veo mi reflejo en el espejo y noto una punzada de decepción, ¿por qué no soy bonita?, luego salgo del baño y me aplico un poco de perfume de vainilla.
Vuelvo a mi cuarto y empiezo a revisar mis cosas para ver que me sirve y que ya no me sirve. Empiezo a saquear mi clóset y veo una playera con un corazón en el centro, es muy pequeña así que supongo que ya no debe quedarme, la meto en una caja de cartón y voy haciendo lo mismo con toda la ropa que, ya no me gusta o ya no me queda.
Se hacen las cinco de la tarde, cuando ya mi cuarto está práctimente vaciado, mi hermana me dijo que las cajas con ropa que ya no ocupaba las dejara en el auto porque después de comer íbamos a ir a dejarlas a una casa hogar, y que mis pertenencias las dejara en la sala de estar, porque la mudanza iba a llegar temprano por ellas mañana.
 Lo único que estaba en mi cuarto era mi cama que seguía sin tender. Me recosté un poco y recordé todos los momentos que pasé en mi cuarto, como cuando mi madre me leía antes de dormir o mi padre cuando veíamos películas en la televisión y comíamos todo el helado que quisiera cuando mi mamá no estaba. Me sale una lágrima y luego otra hasta que de mi garganta sale un silencioso gemido, extraño tanto a mis padres, extraño los consejos maternales y la voz de mi madre que con tan solo escucharla, te provocaba una paz inmensa y mi padre, que te hacía reír sin parar con cada cosa que decía, los necesito. Empiezo a llorar en silencio y preguntarme ¿por qué a la gente buena, le pasan cosas malas?
Noto algo diferente en el ambiente, hace más frío, demasiado para ser verdad, me levanto mientras me limpio las lágrimas, reviso si la ventana de mi cuarto está abierta pero está cerrada, que extraño. Niego con la cabeza y salgo de mi cuarto, cuando bajo está todo lleno de cajas.
   ¿Bri?—pregunto casi gritando porque quizá se perdió entre las cajas— ¿Bri?
   ¿Qué sucede?—oigo la voz de mi hermana en algún lugar
   ¿Dónde estás?
   ¡Estoy por aquí!—levanta una mano y me dirijo hacia ella dando traspiés y esquivando cajas, cuando estoy con ella, bajo la mirada y veo que está agachada hurgando en una caja.
   ¿Qué buscas Bri?
   Mi blusa de encaje negra, ¿la has visto?
   No la he visto—digo negando con la cabeza— oye ¿no me vas a llevar a dejar las cosas a la casa hogar?
   ¡Aquí está!—grita triunfal, se levanta con la blusa en mano— ¿qué decías?
   Decía, que si me vas a llevar a dejar las cosas a la casa hogar
   Claro solo déjame ponerme la blusa y arreglarme un poco, traigo mala pinta

Ruedo los ojos porque no es cierto, ella es Bri, nunca tiene mala pinta, pero al final me siento en una caja mientras ella sube y se cambia. Paseo la mirada entre las cajas y encima de una caja veo una foto en un marco, me acerco para verla y cuando la veo está en ella una alegre mujer abrazando a una linda niña de pelo castaño y ojos color miel con un vestido floreado, al lado de ellas hay un señor sonriendo sosteniendo en brazos a una un pequeño bebé enrollado en una manta rosa. Se me llenan los ojos de lágrimas y cuando una lágrima cae en la foto… se convierte en una perla transparente y brillante que hace que la foto se empiece a empañar. ¡No otra vez!, se ha congelado, me quedo viendo la foto con el ceño fruncido hasta que oigo a alguien bajar las escaleras, escondo el marco rápidamente adentro de la caja enterrándolo entre todas las cosas.
   ¿Estás lista?—pregunto algo alterada, mi hermana me ve y levanta una ceja, ¿se habrá dado cuenta del tono de mi voz?
   Si, estoy lista—se acerca a mí todavía con la el ceño fruncido— ¿estás bien?
   Claro, ¿por qué no he de estarlo?—la inseguridad y los nervios en mi voz son delatadores y evidentes.
   No sé, te ves… preocupada
   Claro que no, estoy perfectamente, vamos que se nos hace tarde—digo alegrándome de que mi voz se oiga casi normal.
Mi hermana se encoge de hombros y sigue caminando, agarra las llaves de una mesita que está al lado de la puerta y luego la abre, mi hermana me hace un gesto para indicarme que salga y lo hago. El aire fresco y los rayos del sol al atardecer se sienten agradables. Detrás de mí, Bri está cerrando la puerta con llave y luego se acerca al auto quitando la alarma y los seguros. Abre la puerta del auto y yo también, me dejo caer en el asiento delantero mientras mi hermana prende el motor, cuando cierro la puerta, pone en marcha el auto.
Veo con atención todos los locales y personas que dejamos en nuestro camino, pensando en que mañana es el último día en el que estaremos aquí.
Llegamos a la entrada de la casa hogar y mi hermana sale del auto para hablar con una monja, mientras yo voy sacando una caja de la cajuela.
   Pasa querida—me dice amablemente la monja.
   ¿Dónde la dejo?
   Por ahí está bien—dice señalando la parte trasera de un escritorio, me acerco y dejo la caja.
   Voy por otra—le informo a la monja que está extrañamente sonriente.
Me dirijo al auto y mi hermana viene con otra caja, trajimos cuatro cajas llenas de mi ropa. Saco otra y voy nuevamente a dejarla detrás del escritorio, en el camino mi hermana regresa por otra. Dejo la caja encima de la otra y me quedo esperando a Bri adentro con la monja.
   ¿Es tu ropa?—pregunta en tono curioso.
   Si, así es—le respondo mostrándole una sonrisa.
   Ya veo—dice asintiendo.
Oigo que Bri cierra la cajuela y unos segundos después entra con la última caja, la deja y viene a reunirse con nosotras.
   ¿Gustan un vasito con agua?—pregunta amablemente la monja.
   Si no es mucha molestia—responde Bri agitada.
   En seguida regreso con el agua, pueden tomar asiento si quieren—dice señalando unas sillas que están pegadas a la pared.
 La monja sale de la estancia mientras Bri y yo nos sentamos, nos quedamos en silencio un rato hasta que Bri dice:
   Voy al baño, regreso en un minuto—asiento y ella sale de la habitación quedándome sola.
De repente una niña de pelo rubio y ojos azules muy hermosos se pone en frente de mí con una sonrisa en su rostro.
   ¿Quién eres?—pregunta la niña con su voz aguda.
   Me llamo Alyssa ¿y tú?—respondo sonriéndole.
   Me llamo Sara
   Mucho gusto Sara—digo ofreciéndole una mano, ella la estrecha débilmente.
   Eres rara—me dice soltando mi mano.
   — ¿Por qué lo dices?—digo levantando una ceja.
— Porque jamás en mi vida había visto a alguien con un  alma tan fría como el hielo.