"La Chica de Hielo" Capítulo 4
Holaa mis queridos lectores, pues el día de hoy les vengo a dejar el cuarto capítulo de mi novela, quizá mañana suba también el capítulo 5 pero no es seguro. Pues espero que les guste y les pido de favor que me dejen comentarios con sus opiniones, se los agradecería mucho gracias por leer ;)
CAPÍTULO 4
De regreso a
casa solamente me quedo pensando en cómo esa niña me dijo que mi alma era fría,
¿a qué se refería?, no logro comprenderlo y la verdad prefiero hacer a un lado
ese tema. Cuando llegamos
a la casa, subo rápidamente las escaleras y oigo como mi hermana grita:
—
¡Alyssa! ¿estás bien?—no le respondo, me limito a
seguir subiendo las escaleras.
En el momento
en el que pongo un pie en mi alcoba, azoto la puerta y me dejo caer en la cama.
¿Por qué están pasando estas cosas tan extrañas?, en serio, ¿qué me está
pasando?, no tengo idea de por qué me siento así, pero estoy enojada, muy
enojada.
Quiero romper algo, estoy muy frustrada de tantas preguntas que me agobian
y no obtengo respuesta.
Tengo que decirle
a mi hermana, quizá ella me pueda ayudar… pero, ¿qué le diría?, “Oye Bri, tengo que contarte que no sé como
rayos pasa pero puedo congelar cosas y tengo un alma fría”, eso sería
ridículo, no puedo decirle, no puedo, me internaría en un manicomio.
Supongo que
voy a tener que esperar, tal vez esto sea parte de la adolescencia, si debe ser
algo de hormonas o algo así, « ¿pero qué
piensas Alyssa?, cómo si todos los adolescentes de quince años fueran así », me digo a mí misma.
Me hago un ovillo en la cama y cierro los ojos
tratando de dormir, después de un rato lo consigo.
Estoy sentada en una esquina de aquel salón de
cristal, me siento distinta, me siento como... más ligera. Miro mi reflejo en
una pared y abro los ojos como platos sorprendida, llevo puesto un vestido blanco
de seda fino muy bello, mi cabello me cae por los hombros de una manera muy
atractiva y mis ojos se ven radiantes, estoy…, me veo…
— Muy
hermosa—responde alguien detrás de mí, doy la vuelta rápidamente.
Es él, es el chico que ha estado en cada uno de mis
sueños, sigo sin poder verle la cara, ¿quién será?
— ¿Otra
vez tú?—respondo cortante. Suelta una risita y se acerca a mí lentamente.
— Tienes
un carácter muy pesado ¿lo sabías?—dice con una sonrisita en sus labios. Me
encojo de hombros.
— ¿Quién
se supone que eres?—pregunto con algo de frustración en mi voz.
— Y…
¿quién se supone que eres tú?
— Yo
hice la pregunta primero, aparte tu sabes mi nombre, no sé por qué
preguntas—niega con la cabeza.
— No
puedes saber—dice serio.
— ¿Por
qué no?—pregunto enojada— tengo que saber tu nombre si te vas a aparecer en mis
sueños cada vez que duermo—se rie.
— No
lo entiendes…
— ¡No,
ya basta ¿sí?, estoy harta de que te aparezcas en mis sueños a cada rato e
intentes matarme…!
— ¡No
intento matarte!—grita interrumpiéndome.
— ¡Claro
que sí!
— ¡No
es verdad, tú eres la que me agrede cada vez que quiero decirte algo… y es
obvio que me tengo que defender!—dice frustrado.
Pienso en la primera vez que apareció y como yo lo
ataqué primero cuando intentó acercarse a mí.
— Pues…
me hubieras dicho antes ¿sabes?—rueda los ojos, parece enojado.
— Eres
irritante—dice en voz baja y muy serena.
— Y,
¿qué era lo que intentabas decirme?—pregunto por fin.
— Todo
a su tiempo Alyssa, todo a su tiempo
Abro los ojos. Los rayos de luz de la mañana entran
por una pequeña rendija de mi ventana.
Escucho voces y pisadas en la planta baja. La mudanza
debe haber llegado por nuestras cosas. Sigo llevando la ropa de ayer ya que dormí
con ella. Bajo las escaleras y veo como mi hermana está dando indicaciones a
los trabajadores que cargan los muebles. Me acerco a ella con pasos rápidos.
— ¡Con
cuidado con esa lámpara!—grita y hace una mueca, cuando me ve se pone seria—
hola Aly
— Hola—
digo igual de seria.
— ¿Quieres
desayunar?
— No
tengo hambre gracias—respondo y esbozo una sonrisa.
— ¿Estás
mejor?—pregunta seria. Levanto una ceja— ya sabes, ayer parecías molesta y no sé
por qué
— Amm…
si yo, estoy mejor
— Ya
veo—sonríe y me da un abrazo— puedes contar conmigo para lo que sea ¿sabes?
— Si
lo sé—respondo abrazándola— gracias Bri—me suelta y asiente.
Cuando me suelta, me dirijo a las escaleras. Entro a
mi cuarto y lo veo con atención, solo está mi cama y el ropero. Mi hermana me
había dicho que mañana cuando nos vayamos se van a terminar de llevar el resto
de los muebles.Necesito una ducha. Agarro mi toalla, y salgo de mi
cuarto para ir al baño. Cierro la puerta detrás de mí y abro el grifo de agua
caliente mientras espero, pienso en mi sueño. Ese chico no se cansa de hacerse el
interesante, pero qué más da, es solo un sueño, el en realidad no existe, no sé
por qué me preocupo tanto.Entro en la regadera y me doy una ducha rápida. Cuando
salgo, veo a unos trabajadores salir de mi cuarto cargando mi cama, se me
quedan viendo apenados, traigo solamente mi toalla enrollada, lo que deja mis
piernas al aire.
Me pongo roja como un tomate y entro rápidamente al baño de
nuevo. ¡Qué vergüenza!
Cuando pasan unos minutos asomo la cabeza por la
puerta y veo que no hay nadie. Salgo corriendo del baño hacia mi cuarto y
cierro de un portazo. Me doy la vuelta y saco unos jeans del armario, después
saco una playera ajustada azul y vuelvo a ponerme los tenis de ayer. Desenredo
mi cabello mojado aún mojado y salgo de mi cuarto para bajar y hablar muy
seriamente con Bri.
Cuando la veo, me dirijo con paso firme hacia ella,
cuando me ve frunce el ceño, le agarro el brazo y la arrastro hacia la cocina.
— ¡Alyssa!
¿cuál es tu problema?—me grita soltándose de mí.
— ¿Cuál
es mi problema?, mi problema es que pensé que las camas y todos los muebles de
la planta de arriba se los iban a llevar mañana.
— No
sabía que querías tanto tu cama—dice y luego se va relajando— lo siento hubo un
cambio de planes, no vamos… hoy—me quedo perpleja— se me había olvidado
decírtelo, no pongas esa cara
— No
es la mudanza lo que me molesta, ¿por qué no me contaste?
— Perdón,
se me pasó, ¿por qué estás tan molesta?
— Porque
sí me hubieras dicho antes, hubiera podido evitar… un incidente
— ¿Qué
pasó?—pregunta alzando una ceja.
— Ammm…
bueno yo iba saliendo de bañarme y…—me pongo roja—solo llevaba la toalla puesta…—mi
hermana suelta una fuerte carcajada como si supiera ya lo que pasó— ¡no te rías!
— Lo
siento—dice tratando de aguantar la risa, sin éxito.
— ¡No
es gracioso Bri!
— Si
lo es—dice entre una carcajada.
De repente entra un trabajador a la cocina… ¡oh no!,
es uno de los que me vio en toalla.Cuando me ve se sonroja y yo me pongo roja de
vergüenza.
— Señorita,
solo quería decirle que ya están todas las cosas listas—dice nervioso.
— Perfecto,
nos vamos en cuanto Aly empaque sus cosas—mi hermana me echa una
mirada—Aly, ve a empacar tu ropa
En cuanto lo dice salgo disparada de la cocina porque
no quiero estar con ese tipo ahí. Subo a mi cuarto y cuando entro veo que mi
ropa está en el suelo. ¿Se llevaron el ropero y tiraron mi ropa en el suelo?,
¿cuál es su problema?
Voy al cuarto de Bri por una maleta, está vacío y al parecer
ella ya hizo su maleta, de hecho, hizo tres maletas. Claro, yo no sabía que nos
íbamos hoy, también dejó una maleta para mí al lado de la suya.
La agarro de
mala gana y voy de nuevo a mi cuarto y empiezo a doblar y meter la ropa en la
maleta. No tengo tanta ropa y aparte la que ya no quería la llevamos ayer a la
casa hogar, donde la niña me dijo…
Niego con la cabeza, debo haber imaginado que lo dijo.
Cuando estoy doblando prenda por prenda, veo un vestido naranja de tirantes, es
muy bonito pero seguramente a Bri le quedaría mucho mejor que a mí. Cuando
termino con la ropa, veo que ya no hay espacio en la maleta y aún tengo unas
otras cosas que meter.Voy de nuevo al cuarto de Bri para ver si no hay otra
maleta, pero ya no hay más.
Bajo para preguntarle a mi hermana si hay otra
maleta desocupada
.— Bri,
¿hay otra maleta que pueda ocupar?
— Emm…
creo que sí, fíjate en el cuarto de mis padres, creo que ahí hay dos
— Bien—digo
soltando un bufido.
Subo las escaleras y me encamino al cuarto de mis
padres. Cuando estoy frente a la puerta me quedo ahí.Hace meses que no entro aquí. Abro la puerta despacio
y en ese momento me llega el olor del perfume de mamá, cuando está
completamente abierta veo que ya no hay nada excepto el ropero, lo abro y hasta
abajo veo una maleta roja, la agarro y salgo del cuarto veloz.
Termino de empacar todos mis zapatos, perfumes y unos
cuantos portarretratos.
— ¡Alyssa
ya es hora, debemos irnos!—grita mi hermana desde el piso de abajo.
— Bajo
en unos minutos—antes de salir me hago una coleta en lo alto de la cabeza.
Agarro el par de maletas y veo mi cuarto desde la
puerta por última vez y luego la cierro.Me encuentro con Bri abajo y me ayuda a subir mis maletas
al auto. Me quedo unos segundos en la sala. « Esto es el adiós, mamá y papá », salgo de la casa antes de que empiece a llorar
y subo al auto.
Mi hermana entra después de un rato con unas hamburguesas.
Supongo que son por si nos da hambre en el camino. Cierra la puerta del auto y
lo enciende.
Me mira y sonríe.
— ¿Estás
lista?—pregunta feliz.
¿A caso estoy lista para esto?, ¿para cambiar de
vida?, ¿para dejar los recuerdos?, ¿para… dejar a mamá y a papá?Después de un rato de silencio, me obligo a devolverle
la sonrisa y respondo:
— Sí,
estoy lista
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