sábado, 18 de enero de 2014

"La Chica de Hielo" Capítulo 1

Holaa mis queridos lectores pues aquí está el primer capítulo de la novela que estoy escribiendo, que ya se las tenía muy prometida, pues espero que les guste y dejen sus opiniones en los comentarios ¡por favor!


CAPÍTULO 1

Estoy parada en el centro de un salón, no hay nadie, está completamente vacío, solo se puede apreciar las paredes tan blancas que parecen transparentes, se puede respirar en el aire frío la tranquilidad y la serenidad del lugar, es como si ya hubiera estado ahí, me resulta tan familiar, el candelabro enorme de cristal que está encima de mí, las escaleras de cristal, hasta el frío glacial que hace, y lo extraño es, que el frío no me incomoda, todo lo contrario de hecho, me resulta… natural y me hace sentir en armonía en cada parte de mi cuerpo.
Entonces veo que alguien se acerca, es tan solo una mancha lo que alcanzo a apreciar, no sé quién es pero presiento el peligro, la armonía que tanto sentía va desapareciendo poco a poco. Trato de dar un paso para atrás pero mis piernas no me responden, no puedo moverme y esa persona que es tan solo una sombra, se acerca más y más, su silueta está bañada en una luz cegadora que me lastima la vista. No puedo verle el rostro, no sé qué pasa conmigo pero no solo me lastima los ojos, si no también todo mi cuerpo. Me retuerzo de dolor y caigo al suelo, no puedo correr, no puedo escapar. Prácticamente esa sombra está a unos pasos de mí y eso me hace entrar en un ataque de pánico, grito con todas mis fuerzas y les exijo a mis piernas que se levanten, pero no responden.
—   ¿Quién eres y qué es lo que quieres?—pregunto en un grito que hace que se haga un eco en todo el salón.
No me responde, solo sigue caminando hacia mí… ahora lo tengo en frente, intento darle una patada pero mis piernas no pueden moverse. Alza una mano y la acerca a mi rostro y yo me quedo petrificada viendo su cara. Es un chico, tienes la piel blanca como la mía, y unos ojos verdes tan hermosos que hipnotizan, pero la luz que el provee hace que no aprecie las demás facciones de su cara.
Entonces recuerdo que mis manos si pueden moverse y le suelto un manotazo, cuando entro en contacto con su piel… me quemo. Suelto un grito desgarrador y reviso para ver los daños, lo que alcanzo a apreciar es realmente como de una película de horror. Me falta un pedazo de carne en la parte de mi brazo con la que le golpee, me quedo horrorizada, lo más extraño es que no hay sangre, más bien hay… agua, bajo la mirada y veo un charco, es como si me estuviera derritiendo.
Vuelvo a concentrar mi atención en el chico que ahora parece enojado y dispuesto a atacarme. Me cubro con mis brazos con la intención de protegerme y cuando se lanza sobre mí…

Salto de golpe, estoy empapada en sudor y el corazón me late con demasiada fuerza, estoy temblando, me reviso el brazo para ver si hay carne faltante, pero no hay nada, <<Solo ha sido una pesadilla>>, me digo a mi misma. Bajo la vista a mis sábanas que están hechas todas un nudo enorme, vuelvo poner mi cabeza sobre la almohada y me acomodo para tratar de dormir otra vez rezando para que no vuelva a soñar lo mismo de hace un rato. Cierro mis ojos y entonces escucho un sonido agudo y molesto- mi alarma- golpeo la almohada y la apago de un golpe.
Me siento al borde de la cama y bostezo. Empieza otro día aburrido para ir a la aburrida escuela. Me levanto y camino arrastrando los pies hasta mi closet, abro la puerta de madera y saco mi uniforme escolar, es una falda negra que me llega hasta a la mitad de la rodilla, una camisola blanca de botones demasiado holgada para mi gusto, un suéter de manga larga del mismo color que la falda y una corbata de rayas negras y blancas. Cuando tengo puesto mi uniforme me pongo de mala gana la corbata, agarro una dona para sujetarme el cabello y me hago una coleta encima de la cabeza.
Me acerco al espejo para observarme y hago mala cara, estoy… como siempre, mi cabello castaño amarrado, mis ojos cafés parecen estar rojos- se nota que no dormí- y mis pestañas largas y oscuras están por ningún lado, mi hermana me dice que debería ponerme un poco de rímel y delineador pero la verdad no me gusta maquillarme, de hecho, jamás me he maquillado. Doy unos pasos para acercarme más al espejo y veo que tengo muchas lagañas, me las quito con el dedo índice y respiro hondo. Tocan la puerta de mi cuarto.
—   ¡Alyssa apúrate si no quieres llegar tarde a la escuela! — grita mi hermana Briana.
—   ¡Bajo en un segundo! — grito para responderle.
—   ¡Tú desayuno se va a enfriar! — dice mi hermana en tono de regaño, suelto un bufido, agarro mi mochila y salgo para encontrarme con mi hermana que está vestida con un vestido negro entallado- muy elegante pero a la vez muy provocativo- y un abrigo del mismo color.
—   ¿Vas a alguna parte Bri? — pregunto y suelto una risíta porque es extraño verla vestida así.
—   Si así es, tengo una entrevista de trabajo muy importante en una hora — dice muy seria y empieza a caminar hacia las escaleras con paso firme— y todavía tengo que ir a dejarte a la escuela, así que agarra tu desayuno y te lo comes en el camino ¿de acuerdo?
—   De acuerdo —digo sin más.
Mientras bajamos las escaleras siento una brisa de aire helado, recuerdo el frío glacial que hacía en el salón de mi sueño… me estremezco al pensar en eso, porque me recuerda al chico que me derritió la piel.
Veo a mi hermana Bri bajando las escaleras y oigo el sonido de los tacones cuando da un paso y otro, ¡vaya! hace mucho que no la veía con tacones, me pregunto a mí misma, ¿por qué no soy como mi hermana?, las dos somos altas y esbeltas, y tenemos el mismo color de piel, pero ella es muy atractiva, ojos color miel, pestañas rizadas y largas, pómulos bien definidos, cabello lacio y castaño como el mío, a su edad de 21 años ya ha tenido 17 novios y yo, bueno… nunca he tenido novio.
Cuando estamos en la planta de abajo hace mucho más frío, solo tengo puesto el suéter del uniforme, así que es lo único que me proporciona calor.
—   Ve por tu desayuno a la cocina, está encima de la mesa, te espero en el auto —camina en dirección hacia la puerta, la abre y desaparece detrás de ella. Suelto un suspiro y me encamino a la cocina.
Cuando entro hace aún más frío que afuera, es como si el frío me persiguiera a todos lados, volteó a la mesa y veo una tostada con mantequilla y azúcar.
—   Vaya Bri, se nota que te esmeraste en el desayuno —suelto una pequeña risa y  agarro la tostada que está envuelta en una servilleta.
Recuerdo que mi mamá me hacia huevos revueltos y jugo de naranja u otras veces me preparaba emparedados de diferentes ingredientes, pero desde que murió, ahora mi hermana me mata de hambre. Salgo de la cocina y me dirijo hacia la puerta.
Abro la puerta principal y una ráfaga de aire helado me golpea con fuerza, ¿pero qué estará pasando con el clima hoy?
Entro al auto y me acomodo en el asiento del copiloto, mi hermana se está viendo en el espejo mientras se pone lápiz de color carmín, la veo y alzo una ceja, ella me devuelve la mirada.
—   ¿Qué pasa? —me pregunta mientras guarda su lápiz labial.
—   Nada —digo negando con la cabeza.
—   Tu también deberías empezar a maquillarte Aly —dice mientras enciende el carro— ya tienes la edad suficiente para hacerlo
—   ¿Y que se me arrugue la piel antes de cumplir 50? —digo levantando una ceja— no gracias
—   No seas ridícula Aly, solo lo digo porque pensé que probablemente te gustaría tener algún admirador
—   No tengo prisa Bri, aparte no soy bonita como para interesarle a los chicos —digo encogiéndome de hombros.
—   ¡Ja! ¿qué no eres bonita? Aly debes estar bromeando —dice como si hubiera hecho el comentario más tonto del mundo, levanto una ceja extrañada.
—   Es verdad Bri, no soy bonita ni atractiva como el resto de las chicas
—   Alyssa me sorprende que digas eso, porque tú eres muy bonita —dice con voz tranquila— solo debes hacer que resalte
No le respondo, solo me quedo viendo la ventana y como pasa todo tan rápido, le doy una mordida a la tostada con mantequilla que me hizo Bri. El semáforo se pone en rojo y el auto se detiene, veo un padre y una madre agarrando de la mano a su hija al momento de cruzar la calle, pongo mi mano en el vidrio y pasa algo que no puedo explicar, en un abrir y cerrar de ojos el cristal de la ventana se empañó, quito la mano rápidamente y me quedo viendo el vidrio empañado, o al menos parece que así está porque cuando lo toco nuevamente esta helado, tiene hielo, me quedo viendo la ventana sorprendida, ¿cómo es que se congelo tan rápido?, creo que el clima está muy frío de verdad.
Intento darle una mordida a mi tostada pero noto algo extraño, está muy duro y frío que me lastima los dientes, bajo la vista hacia la tostada y veo que tiene pequeños cristales de hielo. ¡Está congelado!, frunzo el ceño y envuelvo rápidamente la tostada congelada en la servilleta y la meto en la bolsa que esta hasta el frente de mi mochila.
El semáforo se pone en verde y mi hermana arranca de nuevo, mira su reloj y se le abren los ojos como platos.
—   ¡Maldita sea! —grita acelerando y haciéndose pasar entre los autos.
—   ¿Qué pasa? — pregunto sorprendida.
—   ¡Llego tarde a mi entrevista! —dice y acelera a fondo, tengo que agarrarme del asiento para no irme de lado¡quítate estúpido!
En unos dos minutos ya estamos afuera de la entrada de mi escuela, y como se que Bri lleva mucha prisa, abro rápidamente la puerta del auto, salgo y la cierro, me despido con la mano pero, cuando lo hago ya ha arrancando, dejo caer la mano y suelto un bufido.
Cuando cruzo la entrada de la escuela, el prefecto hace un gesto con la cabeza para que entre rápido.
—   Llega tarde señorita Kader —dice muy serio.
—   Lo sé, lo siento el tráfico estaba muy pesado —digo con la misma seriedad que él.
Asiente con la cabeza y le devuelvo el gesto. Cruzo el pasillo lo más rápido que puedo para llegar al salón de Historia, el profesor no se va a poner nada contento cuando vea que llegué tarde. Finalmente llego al salón, toco la puerta y la abro despacio.
Toda la clase se centra en mí lo cual hace que me ponga roja, y me incomode.
—   Buenos días profesor, ¿puedo pasar? — digo en tono firme.
—   A buena hora señorita Kader —dice el maestro con tono de reproche— entre rápido que distrae a la clase —creo que si se enojo bastante.
Tomo asiento en una de las bancas de hasta atrás, siempre me gusta sentarme hasta atrás, todos los días lo hago. Los más inteligentes se sientan siempre al frente, los populares en las bancas de en medio, y los problemáticos hasta atrás, no es que yo sea una chica problemática, no tengo amigos, así que para todos yo soy como “la rara”, pero no me importa en absoluto.
Estoy consciente de que el maestro está dando clase pero no estoy concentrada en eso, de hecho en ninguna clase de hoy me logro concentrar, me quedo pensando en aquel salón de mi sueño y… en aquel chico, ¿quién era?, y ¿por qué tanto el lugar como ese chico se me hacían tan familiares?, ¿cómo rayos congelé la tostada y la ventana con tan solo tocarlos?, a lo mejor no fui yo, a lo mejor fue el clima… y entonces recuerdo como toqué al chico y la piel se me “derritió”.


1 comentario:

  1. Mmm me parece muy interesante y creo que me voy a volver adicta a tu novela ^^ Cuando vas a subir el segundo capítulo??
    Besitos y sigue así ;)

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